Israel es el megáfono de la fe del ser humano. En ningún lugar se han rezado tantas oraciones como en Jerusalén. Las paredes de sus tantas veces desgastadas ciudades actúan como altavoz de una sinfonía de la virtud, la virtud de la piedad. Y la piedad se refleja en sus ropas, el incienso en su ambiente, las luces filtradas por sus recovecos y el descubrimiento del pasado a la vuelta de cada esquina.
Para los amantes de la música clásica, estamos encantados de ofrecer una experiencia exclusiva con los miembros más jóvenes de la Orquesta Filarmónica de Israel.
La mejor época para viajar a Israel va de los meses de marzo a junio, cuando todavía no ha llegado el calor y se pueden conocer sus zonas más desérticas.
Pasear por las antiguas ciudades de noche, descubriendo sus murallas y sus tejados. Aprender en ellas de la suma de religiones de todos los tintes como los musulmanes, los drusos y los judíos.
