Etiopía transporta al viajero a un mundo anclado en el pasado más primitivo. Sus templos ortodoxos, aún hoy, siguen venerando la existencia del Arca de la Alianza y sus coloridas etnias del sur, de curtidos cuerpos tatuados y ornamentados, mantienen sus costumbres intactas. Escarpadas montañas de terrazas de algodón, cadenas de lagos teñidos de rosa, iglesias excavadas en la roca en Lalibela. Aromas de café y eucalipto recorren los paisajes cambiantes de una Etiopía mágica.
Etiopía diferente para vivir en primera persona los símbolos y mitos de la cultura etíope.
Etiopía tiene una amplia variedad de climas en función de la altitud y la zona geográfica. La temperatura suele oscilar entre los 13 grados a los 33 grados. Generalmente la época de lluvias tiene lugar desde mediados de mayo a septiembre siendo la época más seca durante la primavera. Las lluvias suelen ser de corta duración y no supone un impedimento para el viaje de ahí que cualquier época del año es buena para viajar a Etiopía.
La mejor forma de viajar a Etiopía, a medida y en privado, con todo organizado al detalle. En primavera, en el mes de abril, se celebra la Fasika – Semana Santa Ortodoxa – en Gondar, “La Camelot de África”. El susurro de los rezos y cánticos sagrados, las túnicas blancas de los fieles, iluminadas por la tenue luz de las velas que portan, y el repique de tambores y sistros crean el ambiente místico y devoto de la celebración. Una experiencia que el viajero no ha de perderse si viaja a Etiopía en esta temporada.
