Del universo de templos y palacios engullidos por la selva de Angkor, a la sofisticada Luang Prabang, donde las prisas son incompatibles con la manera de vivir y sentir de sus habitantes. Las antiguas colonias francesas, que tanto sufrieron durante años, despiertan por fin de su letargo abriendo sus brazos al resto del mundo. Gracias a su espíritu puro y a su optimismo inquebrantable, aún hoy conservan intactas sus sonrisas.
La mejor época para viajar a Camboya o Laos es entre los meses de noviembre y marzo, con las mejores condiciones climatológicas, justo antes de que comience el monzón.
Participar en el día a día de un pueblo autóctono en Khmer (Camboya), colaborando con sus actividades más cotidianas como la cosecha del arroz o tejer los techos de sus casas, preparando incluso un almuerzo típico con alimentos locales.
Recorrer en tuk tuk las calles de Luang Prabang (Laos), descubriendo la mejor gastronomía del país en sus restaurantes, y acabar con una ceremonia de meditación en alguno de sus espirituales rincones.
